Hospital: Hospital Universitario de Basurto (Bilbao)
Nº: C2021-150
Aut@r o Autores: Martin Saenz Aguirre, Estibaliz Onís González, Inés Alonso Sanchez, Irene Díaz Mediavilla, Jose María Asensi Miranda, Uxue Martínez Urabayen
Presentación
Mujer de 88 años que acude por pérdida de fuerza de varias horas de evolución en el hemicuerpo izquierdo. Refiere torpeza manipulativa con la extremidad superior izquierda los días previos. Antecedentes personales: HTA bien controlada. Sin otros antecedentes de interés. A la exploración física destacan una leve pérdida de fuerza e hipoestesia en el hemicuerpo izquierdo, con parálisis facial supranuclear izquierda. Se solicitan TC basal de cráneo y angio-TC de troncos supraaórticos y polígono de Willis. El TC basal muestra un hematoma intraparenquimatoso hemisférico derecho, con leve edema vasogénico en forma de halo hipodenso perilesional y un leve componente de hemorragia subaracnoidea asociada (flecha roja). En el angio-TC observamos un aumento de la vascularización con grandes vasos en los márgenes de la lesion, sobre todo en la parte superficial (flecha verde). El estudio se completó al día siguiente mediante resonancia magnética, que demuestra una lesión temporoinsular derecha con realce periférico irregular y centro necrótico que sugería glioblastoma.
Discusión
El glioblastoma es la neoplasia intracraneal primaria más frecuente, representando el 15-20% del total de estos tumores. La mayor parte de los glioblastomas se manifiestan como lesiones heterogéneas únicas de pared gruesa y morfología irregular, con captación periférica de contraste y centro necrótico. Sin embargo, existen otras formas de presentación menos frecuentes que debemos conocer para evitar diagnósticos erróneos. Entre estas se encuentran los glioblastomas multifocales, multicéntricos o con sangrado intratumoral. Respecto a esta última, se estima que un 2-5% de los pacientes con neoplasias intracraneales pueden presentar hemorragia espontánea. Este porcentaje varía en función del origen histológico de la lesión, y aunque el riesgo relativo es bajo en el caso de los glioblastomas, siempre hay que tenerlos en cuenta por su elevada incidencia. Se han propuesto varios mecanismos para explicar el origen del sangrado intralesional, entre ellos la presencia de vasos anómalos prominentes en la periferia de la lesión o el desarrollo de fístulas arteriovenosas intralesionales. Debemos sospechar este diagnóstico en hematomas de localización atípica y sobre todo en ausencia de factores predisponentes de hemorragia. El estudio de angio-TC puede mostrar estructuras vasculares anómalas que nos pueden llevar al diagnóstico erróneo de malformación vascular. Por ello, ante la duda, es recomendable realizar una serie con contraste más tardía que nos permita una correcta valoración de la captación por parte del tejido tumoral. En el caso clínico presentado no se tuvo en cuenta el sangrado intratumoral espontáneo dentro del diagnóstico diferencial inicial, por eso no disponemos de una serie tardía de TC con contraste. No obstante, el estudio posterior mediante resonancia magnética confirmó el diagnóstico.
Conclusión
- El sangrado intratumoral en los glioblastomas es una causa poco frecuente pero a tener en cuenta de hemorragia intracraneal espontánea. - Debemos sospecharla en localizaciones atípicas y sobre todo en ausencia de factores predisponente
Bibliografía
- Cemil B, Tun K, Polat O, Ozen O, et al. Glioblastoma multiforme mimicking arteriovenous malformation. Turk Neurosurg. 2009; 19(4):433-6. PMID: 19847768. - Licata B, Turazzi S. Bleeding cerebral neoplasms with symptomatic hematoma. J Neurosurg Sci. 2